Edgar Cadima G.
Todos sabemos como es un "preste". Un acontecimiento social de derroche de alegría, baile, comida, bebidas, compañias, drogas y orgía. Mucha gente ahorra durante el año para gastar en esa circunstancia y hasta puede hacer "sacrificios" para ser parte del mismo.
Imaginémonos que estamos en un "preste" a todo dar y, por un tema de consciencia o visión diferente, nos animamos a hacer uso del micrófono y señalamos que:
- Parece que la contaminación acústica está muy elevada y se recomienda bajar unos decibeles ya que los vecinos (enfermos y ancianos) no pueden descansar y ....
De seguro que no terminamos la frase y saldremos expulsados del antro.
Si alguna otra persona (o persono?) se atreviera a opinar que:
- Parece que el gasto de este "preste"ha sido muy elevado y que tal si ese dinero, la próxima vez, lo utilizamos en comprar libros y leche para nuestros hijos o para apoyar al hoispital del barrio que....
Tampoco terminaría la frase. De seguro que sale expulsado del local, con dirección al satélite T. Katari, con algunas patadas en el trasero, por "aguafiestas" neoliberal e indeseable.
Algo de esto está sucediendo en el Estado Plurinominal. Vivimos una especie de "preste" desde hace 9 años, donde los gastos son dispendiosos en "fuegos artificiales" que lo único que hacen es embaucar e impresionar (satélites, casas del pueblo, empresas estatales fallidas, autos blindados, mobilidades para la cúpula militar,, central nuclear, bonos para caer simpáticos, etc, etc.) y la gente está entusiasmada "bailando" con la boca abierta en este "preste"de derroche.
Entonces, cuando alguna voz sensata observa que los recursos no se están gastando adecuadamente, que salud y educación no tienen el apoyo , que la contaminación ambiental está elevada, etc, etc, es acallado rapidamente, tildado de "aguafiestas" neoliberal y sale expulsado con marcas en el trasero como en los casos anteriores.
No es que quienes pensamos diferente al "retroceso de cambio" no tengamos propuestas alternativas, lo que pasa es que esas propuestas no sintonizan con el "preste" que se esta viviendo, aunque todos sabemos que esa "fiesta" no nos llevará a algo beneficioso y duradero para la gente. Es cierto que muchos la están pasando "super" y desearían que el "preste" no se acabe nunca y, mejor aún, si las mentes sensatas son expulsadas para que los del "proceso" sigan metiéndole "no más".
El problema grave va a ser cuando el Estado Plurinominal se despierte de la borrachera de poder, tenga que curar la resaca y no habrá blindaje que aguante.
Entretando, las mentes sensatas no debemos permitir que cunda el cansancio; debemos estar preparados para reconstruir la República de Bolivia.
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